El pasado sábado 6 de agosto se celebró la trigésimo segunda fiesta del Camero Viejo en una bonita localidad de la sierra de nuestra región:
Soto en Cameros.
Remontándonos a antes de la pandemia del Covid-19, Literaria Kalean viajó en aquel entonces a San Román de Cameros para celebrar una fiesta anterior y tras aquella más que recomendable experiencia, no dudamos un segundo en acudir a Soto en Cameros, por ser una localidad, quizá de dificultoso acceso, pero enmarcada en más que un envidiable entorno bañado por el río Leza.
No había duda, la fiesta estaba asegurada.
Fue así como, desde la mañana y una vez formando parte del mercado de Ultramar, comenzamos a saludar a conocidos, amigos y curiosos para entablar conversaciones con los y las lectoras que se aproximaron hasta nuestro rincón literario. Estuvimos encantados de dedicar de primera mano los primeros ejemplares de nuestras tres líneas narrativas: ficción, no ficción e infantil.
El pueblo se volcó, como podéis observar en las fotografías, en ponerlo todo precioso y con mucho detalle. En estas fiestas es maravilloso ver el poder que tiene un pueblo al mantenerse unido y enfocarse en el bien común. El municipio gracias a su gente ganó en belleza, más si cabe.
Talleres infantiles, degustación de sabrosas migas de pastor, bailes populares, conciertos, exposiciones y demás actividades regaron la tan ansiada fiesta camerana que se desplaza cada año de municipio en municipio, en un intento de dar a conocer esta zona conocida como Camero Viejo.
Cierto es que, tras el calor de la mañana, la esperada lluvia hizo acto de presencia en forma de chaparrones de verano, y, por una parte, nos alegramos de ver llover, pues bien que hace falta. Esas lluvias regaron la sierra, no así el valle, tal y como pudimos comprobar una vez de vuelta a nuestro sitio de partida, para reponer fuerzas para el día siguiente. Porque el domingo 7 se celebraría una nueva fiesta. La de la Ciruela Claudia, en una más que conocida localidad: Nalda. Y de ello hablaremos en la próxima entrada.
Gracias a Soto en Cameros por acogernos tan bien y leernos.
¡Hasta el año que viene!