Ya han pasado varias semanas… pero no queríamos dejar de contaros lo bien que lo pasamos en el festival tan chulo de poesía y naturaleza de Silvestris Festival. Esta nueva nueva edición del festival rural Silvestris se celebró el pasado 13, 14 y 15 de septiembre en la despoblada localidad burgalesa de Bárcena de Bureba. Quizá os suene esta población por haber sido adquirida por una pareja de holandeses -como lo estáis leyendo. ¡Adquirieron todo el pueblo!- que pretenden reconstruir sus edificios y calles y ofrecer un ejemplo de convivencia saludable y natural en un entorno más que envidiable, además de crear un bosque de alimentos.
Todo comenzó con una llamada de Dorien, representante de El hacedor de imágenes y palabras, meses atrás, contándonos la idea. En aquella llamada no entendimos muy bien qué podíamos hacer nosotros en un pueblo fantasma… por lo que al llegar el sábado 14 de septiembre a esta aldea abandonada del norte de Burgos todo fue una sorpresa. Fuimos a disfrutar y sin ninguna perspectiva. Así que todo lo que allí ocurrió resultó mágico.
Esa mañana de sábado las calles aún abandonadas del municipio se colmaron de arte y de cultura. A lo largo de todo el día, las visitas guiadas, las representaciones artísticas en forma de poesía, recitales, interpretaciones musicales e instrumentales fueron las protagonistas en un lugar en el que el día acompañó. Tampoco faltaron piedras, ni mariposas preguntonas, ni literatura en la calle, ni cuentos, ni relatos de viajes a través del mundo, compañeros de letras y trueques.
Fue un día repleto de cultura local, de sensaciones mágicas y momentos para recordar.
El tema de este año era Revisar la ruina. Y creemos que todos los que vivimos la experiencia de Silvestris ahora vemos la ruina con otros ojos, la mirada a lo rural abandonado desde entonces tiene otro valor.
El pasado vivido, el futuro que vendrá… en el mundo rural.
Sin duda, una edición espectacular que se configuró durante todo el fin de semana. Y donde las letras se fundieron con el entrono natural. Un festival donde el arte revivió espacios olvidados. Porque las ruinas, por mucho que las desestimemos, están repletas de historias, recuerdos y brillante magia.
Gracias a Dorien, Mako, Celia, Marta…, por hacernos partícipes de tan bonita iniciativa.
Nosotros seguro que repetiremos y os invitamos desde aquí a que os paséis por la próxima edición.
¡Nos leemos?
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